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domingo, 21 de noviembre de 2010

Trasplante y diálisis renal

Descripción

Los riñones cumplen funciones vitales en nuestro organismo:

·    Eliminan las sustancias de desecho.
·    Producen hormonas para la formación de hueso y de glóbulos rojos.
·    Regulan la presión arterial.
·    Controlan el agua y las sales de nuestro organismo: equilibrio hidro-electrolítico.

Estas funciones básicas las realiza gracias a unas estructuras llamadas glomérulos que se encargan de filtrar la sangre y recoger las sustancias de desecho y el exceso de agua, formando la orina.

Si por cualquier circunstancia deja de funcionar, se acumulan las sustancias de desecho, las sustancias tóxicas y el agua, se altera la producción de glóbulos rojos y el metabolismo normal de los huesos.

Todos estos hechos originan una serie de síntomas:

·    Debilidad.
·    Fatiga.
·    Mareos.
·    Náuseas.
·    Vómitos.
·    Disminución del apetito.
·    Cambios en el ritmo y aspecto de la orina.
·    Aumento de la presión arterial.
·    Inflamación de determinadas partes del cuerpo por acumulación de líquidos.
·    Alteración del sueño.
·    Calambres.
·    Dolores musculares.

Si aparecen algunos de estos síntomas, acuda a su médico para que le examine y determine la causa que los provoca.

Un diagnóstico precoz de la enfermedad renal da la posibilidad de instaurar un rápido tratamiento que evite el daño permanente de los riñones.

Desgraciadamente, no siempre se consigue controlar la evolución de la enfermedad y se llega a un fallo permanente en su función, que se conoce como Insuficiencia Renal.

Distintas enfermedades pueden desencadenar un fallo renal permanente, con unos síntomas que pueden ser controlados por el médico con la colaboración del paciente, pero puede que a pesar de un buen control, se termine haciendo necesaria la diálisis.

Si la detección del problema renal es precoz y conserva cierta funcionalidad, puede, con el tratamiento que le indique el médico, llevar una vida libre de la necesidad de someterse a diálisis.

En caso contrario, puede ser necesario comenzar con alguna de las distintas modalidades de tratamiento que existen para reemplazar la función renal, ya que de lo contrario existe el riesgo de perder la vida.

Cuando ya no es capaz de realizar una limpieza de la sangre adecuada, el grado de funcionalidad que tiene el riñón es lo que llamamos Función Renal Residual (FRR), que va descendiendo hasta que se hace necesaria la diálisis o el trasplante.

Causas

Posibles causas de daño renal:

·    Enfermedades hereditarias.
·    Enfermedades inflamatorias de los riñones (nefritis).
·    Diabetes.
·    Hipertensión arterial.
·    Cálculos o piedras en el riñón.
·    Infecciones.
·    Trastornos de la circulación sanguínea.
·    Tumores.
·    Ingestión de productos tóxicos.
·    Complicación tras una cirugía

A estas causas hay que añadir:

Factores de riesgo

·    Edad: la insuficiencia renal crónica entre los 65 y los 75 años es seis veces más frecuente que entre los 20 y 25 años.
·    Raza: las personas de raza negra tienen tres veces más probabilidad de desarrollar una insuficiencia renal crónica.
·    Sexo: más frecuente en varones.
·    Historia familiar: en algunas enfermedades que provocan insuficiencia renal crónica se ven antecedentes familiares.

Epidemiología

Las Islas Canarias ocupa el primer puesto por el número de pacientes que inician tratamiento renal sustitutivo (TRS).

El crecimiento de la población en diálisis ocurre fundamentalmente en base al incremento del número de enfermos mayores de 60 años y, especialmente, de aquellos mayores de 70 años, que son aceptados para iniciar TRS.

Es posible comprobar un aumento de la incidencia de Nefropatía diabética, que llega a alcanzar el primer lugar entre las causas de inicio de diálisis.

Existe una causa muy clara para este aumento de incidencia de Nefropatía diabética y es el envejecimiento, tanto de la población general, como de aquella que es seleccionada para comenzar el TRS.

Los problemas cardiovasculares son la principal causa de fallecimiento entre los pacientes de insuficiencia renal crónica terminal en TRS, incluso dentro del grupo de enfermos que han recibido un injerto renal.

La incidencia media en España, en el año 1998, fue de 116.5 en el año por millón de población (en Canarias 187).

La tasa media de prevalencia fue de 747,7 por millón de habitantes y las comunidades con mayor número de enfermos son Canarias, Cataluña y Valencia.

La prevalencia media de trasplante renal como medida de Terapia Renal Sustitutoria (TRS) fue de 44.1%.

En cuanto al sexo, el número de hombres que iniciaron la TRS fue superior al de mujeres en todos los grupos de edad, pero la proporción tiende a igualarse por encima de los 75 años.

Síntomas

Como la funcionalidad de los riñones disminuye gradual y progresivamente, no existen manifestaciones clínicas al principio. Los primeros síntomas aparecen cuando se encuentra afectado el 70-80% del órgano o hasta que el índice filtración es inferior al 20 ó 25% de los valores normales.

Las manifestaciones clínicas pueden ser muy variadas:

·    Náuseas.
·    Vómitos.
·    Diarreas.
·    Cefaleas.
·    Vértigos.
·    Somnolencia.
·    Convulsiones.
·    Sudoración.

Anemia

Hay una disminución de los glóbulos rojos porque los riñones no pueden producir una sustancia fundamental para elaborarlos, que es la eritropoyetina.

Debido a la anemia se presentan une serie de síntomas:

·    Fatiga.
·    Debilidad
·    Malestar general.

El organismo necesita tener suficiente hierro, hemoglobina y eritropoyetina para producir los glóbulos rojos.

Hasta hace poco, la única solución era practicar transfusiones de sangre, pero había que repetirlas cada cierto tiempo.

Actualmente, con la aparición de la Eritropoyetina sintética (EPO) muchos pacientes se han podido beneficiar. Se suele poner por vía subcutánea, pero en los pacientes que están sometidos a diálisis se puede utilizar la intravenosa aprovechando la asistencia al centro de tratamiento.

Todas las personas que utilicen EPO, deben vigilar la tensión arterial, ya que puede aumentar al tener la sangre más glóbulos rojos.

Con la EPO van a conseguir una mayor calidad de vida, se aumenta la capacidad de hacer ejercicio físico, mejora el apetito y la función sexual.

Una vez que se ha realizado el trasplante, la anemia mejora porque el nuevo órgano puede producir eritropoyetina; si, con el tiempo, el órgano implantado pierde parte de su función, la anemia puede aparecer de nuevo, por lo que es conveniente que se vuelva a administrar EPO subcutánea.

Diagnóstico

El diagnóstico causal de la enfermedad no siempre es posible realizarlo porque la Insuficiencia renal crónica es el proceso final de muchas enfermedades.

El diagnóstico clínico es también difícil por el largo tiempo que pasa desde el inicio de la enfermedad hasta que aparecen los primeros síntomas.

El diagnóstico biológico es sencillo realizarlo mediante la determinación de urea y creatinina sérica o por los hallazgos de anomalías urinarias: proteínas en orina (proteinuria) y/o hematíes en orina (hematuria).

La medida más exacta para medir la función renal es el aclaramientode creatinina, para lo que se necesita recoger la orina de 24h, aunque hay fórmulas que no lo hacen necesario y se obtiene un cálculo aproximado.

Los síntomas que sugieren cronicidad son:

·    Duración prolongada de los síntomas.
·    Tolerancia buena de cifras elevadas de urea y creatinina.
·    Manifestaciones gastrointestinales como náuseas y vómitos.
·    Nicturia (emisión de orina más abundante o frecuente por la noche que por el día).
·    Picor.
·    Anemia.
·    Dolores óseos o síntomas neuromusculares como calambres.

Pronóstico

Mortalidad de 17.6 muertes por 100 pacientes año. La expectativa de vida para el grupo de 55 a 64 años es de 22 años, pero en daño terminal es de 5 años.

La mayor causa de muerte son las complicaciones cardiacas, seguido de la infección, lesiones neurológicas y malignidad. La diabetes y la hipertensión empeoran el pronóstico, y son predictores de alta mortalidad.

Tratamiento

Diálisis

La diálisis es un procedimiento artificial que permite extraer de la sangre del paciente sustancias nocivas o tóxicas para el organismo, así como también el agua en exceso acumulada.

Este tratamiento no es curativo y es de por vida ya que no modifica la lesión que se produjo en sus riñones. Estos tratamientos le permiten mejorar los síntomas y vivir por más tiempo, ofreciéndole la posibilidad futura de realizar un transplante renal.

La hemodiálisis y la diálisis peritoneal son tratamientos dirigidos a sustituir la función de los riñones que han dejado de funcionar.

Estos tratamientos le permiten a Ud. vivir más tiempo y sentirse mejor, pero no son una cura de la enfermedad.

Mientras que en la actualidad los pacientes con insuficiencia Renal viven más tiempo que nunca, a lo largo de los años puede haber problemas.

Entre éstos están:

·    Trastornos de los huesos.
·    Presión arterial alta.
·    Lesiones nerviosas
·    Anemia (número insuficiente de glóbulos rojos en la sangre)

Aunque no se pueden hacer desaparecer estos problemas con la diálisis, los médicos cuentan en la actualidad con mejores armas para tratarlos o evitarlos.

Existen hoy en día 3 modalidades de diálisis:

·    La hemodiálisis
·    La diálisis peritoneal continua ambulatoria.
·    Diálisis peritoneal automatizada.

Hemodiálisis

Es el procedimiento más utilizado en la actualidad; para realizarla es necesario extraer sangre del paciente y hacerla circular por un tubo hacia el filtro de diálisis.

Este filtro está dividido en dos espacios por medio de una membrana semipermeable: por un lado pasa la sangre y por el otro el líquido de diálisis (dializado).

La membrana contiene poros que permiten el paso de sustancias de desecho y del agua desde la sangre hacia el líquido de diálisis, pero no permite el paso de otras sustancias como los glóbulos rojos, blancos, proteínas de tamaño grande, hormonas, etc. Este proceso de llama de "difusión".

En la diálisis, la sangre está llena de sustancias tóxicas y el líquido de diálisis no las contiene, por lo que se tiende a igualar las concentraciones.

Sale sangre limpia que retorna al paciente y entra sangre con toxinas; por otro lado, sale dializado con toxinas y entra dializado sin ellas, dándose siempre la diferencia de concentración necesaria para poder limpiar las toxinas de manera continua.

Se necesita extraer el agua que se ha acumulado en el cuerpo, ya que aumenta la presión arterial y el trabajo del corazón y para ello se genera un aumento en la presión del compartimiento de la sangre dentro del filtro que empuja al líquido contra la membrana forzándolo a atravesarla hacia el compartimiento del dializado, por donde es eliminado: proceso de "ultra filtración" u "ósmosis".

Para que el tratamiento sea eficaz tienen que cumplirse unas condiciones:

·    Tiempo de duración: 4 horas.
·    Frecuencia: 3 sesiones por semana.
·    La cantidad de sangre que puede circular por el riñón artificial.

La cantidad de sangre dependerá de la facilidad con la que la extraigamos del cuerpo; lo conseguimos mediante un acceso vascular por el que conectamos el sistema circulatorio con la máquina. Hay dos tipos de accesos vasculares:

·    Transitorio: un catéter (tubo) se introduce en una vena de gran tamaño bajo anestesia local.

·    Definitivo: se une una arteria y una vena, generalmente en los brazos, que provoca un aumento de la cantidad de sangre que pasa por la vena, dilatándola y facilitando la inserción de agujas que lo conectarán con el riñón artificial.

Diálisis peritoneal

Recubriendo la cavidad abdominal, los intestinos y otros órganos existe una membrana llamada peritoneo que tiene miles de pequeños vasos que aportan la sangre que necesitamos limpiar y funciona como una membrana semipermeable, como el filtro de la hemodiálisis.

Se introduce en la cavidad abdominal dializado fresco que entra en contacto con el peritoneo, produciéndose la diferencia de concentración suficiente para que las toxinas de la sangre que circula por la membrana peritoneal pasen al dializado, que es evacuado después de algunas horas hacia el exterior por medio de un tubo, que se denomina catéter peritoneal.

Este procedimiento lo realiza el paciente solo, por lo que es necesario un riguroso entrenamiento.

El catéter peritoneal se coloca mediante una operación muy sencilla y de manera permanente.

Algunos estudios afirman que la FRR (Función Renal Residual) se mantiene mejor en los pacientes tratados con Diálisis peritoneal que en los que reciben hemodiálisis.

Diálisis peritoneal automatizada

Es la modalidad más reciente de diálisis: Una máquina efectúa los cambios de líquidos por la noche, en su casa, mientras duerme.

Cada uno o dos meses se acude al centro hospitalario para realizarle los controles. Según las necesidades de cada persona se programa para que realice más o menos intercambio de líquido.

Acostumbrarse a la hemodiálisis requiere tiempo y puede haber efectos colaterales debido al rápido cambio en el balance de líquidos y sustancias químicas:

·    Calambres musculares.
·    Bajada de la tensión arterial (hipotensión): provoca debilidad, mareos y nauseas.
Estos efectos colaterales se pueden evitar si sigue una dieta adecuada y toma los remedios que le indique su médico


Pros    Contras      

Hemodiálisis :    Tiene a su lado en todo momento a profesionales entrenados. Puede conocer a otras personas.    Las horas de tratamiento las fija el centro. Tiene que acudir al centro.      

Diálisis Peritoneal :   Lo hace a la hora que decida. No se tiene que trasladar al centro. Se logra un sentimiento de independencia y control sobre su tratamiento    Colaborar con el tratamiento puede ser causa de estrés para sus familiares o amigos. Necesita entrenamiento. Ocupa espacio   

Trasplante renal

Es, sin duda, el mejor tratamiento sustitutivo en la IRC. Sin embargo, no todos los pacientes en diálisis son aptos de ser trasplantados.

Existen riesgos inherentes al trasplante que no pueden ser asumidos por pacientes con ciertas patologías (infecciones crónicas, problemas cardíacos, antecedentes de neoplasias, etc.), ya que el riesgo de la intervención quirúrgica y el tratamiento posterior para evitar el rechazo es superior a los posibles beneficios del trasplante.

Todo paciente con IRC en programa de diálisis debe, para ser incluido en lista de espera para trasplante, ser sometido a una serie de estudios que, por un lado, van a descartar la existencia de enfermedades que contraindiquen el trasplante, y por otro van a definir el perfil de histocompatibilidad del paciente.

Consiste en implantar en su cuerpo un riñón humano sano de otra persona, que puede ser un familiar directo (donante vivo relacionado) o de una persona recién fallecida. En algunas ocasiones, la Ley de Trasplantes contempla la donación de personas allegadas directas como el caso de esposa/o (donante vivo no relacionado).

España es uno de los países con mayor número de trasplantes por número de habitantes; en 1998 la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) coordinó 1.995 trasplantes.

Para realizar un trasplante se deben dar una serie de requisitos, tanto del enfermo como del donante:

·    Estar contemplado por la ley: no todas las personas pueden donar sus órganos en los casos de donante vivo no relacionado.
·    Tiene que haber compatibilidad con la sangre y tejidos, por lo que se tienen que realizar pruebas de compatibilidad que demuestren que el sistema inmune no va a reaccionar contra el injerto, es decir, no habrá rechazo. Normalmente, del 75 al 80% de los trasplantes de donantes cadáveres continúan funcionando al año de la operación
·    En el caso de donante vivo, debe ser meticulosamente evaluado su estado de salud.
·    El receptor del trasplante debe tener estudios que analicen su condición física previa al trasplante y detectar otras enfermedades que deban ser corregidas para evitar complicaciones después de realizarlo.

Para realizar el trasplante, se coloca el nuevo riñón entre la parte superior del muslo y el abdomen y conecta la arteria y la vena del nuevo riñón a una arteria y vena de nuestro cuerpo.

Al fluir sangre a través del nuevo riñón, se producirá orina aunque no siempre de inmediato, sino que puede tardar varias semanas.

Los riñones dañados se dejan en su lugar a no ser que produzcan infección o subida de la presión arterial.

La duración de la operación suele oscilar entre 3 y 6 horas y la estancia hospitalaria dura generalmente entre 10 y 14 días.

El trasplante no es una cura. Siempre existe la posibilidad de que su cuerpo rechace el nuevo riñón. Las probabilidades de que su cuerpo acepte el nuevo riñón dependen de su edad, raza y condición médica.

Su médico le prescribirá medicamentos especiales para ayudarlo a evitar el rechazo. Estos medicamentos se llaman inmunosupresión.

Tendrá que tomarlos todos los días por el resto de su vida. Algunas veces estos medicamentos no logran evitar que el cuerpo rechace el nuevo riñón. Si esto sucede, tendrá que volver a someterse a diálisis y posiblemente esperar otro trasplante.

El tratamiento con estos medicamentos puede provocar efectos colaterales.

El más serio es el hecho de que debilitan el sistema inmunitario y facilitan el desarrollo de infecciones. Algunos medicamentos provocan cambios en el aspecto de la persona: la cara se le podría poner más llena, podría ganar peso o desarrollar acné o vello facial.

No todos los pacientes tienen estos problemas, y los cosméticos y la dieta pueden ser de ayuda.

Algunos de estos medicamentos pueden causar problemas tales como cataratas, acidez gástrica y trastornos de la articulación de la cadera.

En un número menor de pacientes, estos medicamentos pueden dañar el hígado o el riñón cuando se toman por períodos largos de tiempo.

Una vez realizado el trasplante puede ocurrir:

·    Rechazo: nuestro organismo reconoce los cuerpos extraños y trata de eliminarlos por medio del sistema inmunológico.

Aunque se trata de encontrar la mayor compatibilidad posible con el órgano a implantar, esta no es total, por lo que hay que disminuir la respuesta normal a rechazar los cuerpos extraños mediante drogas inmunosupresoras.

Su médico le dará información sobre los síntomas para que pueda detectar precozmente un rechazo agudo.
·    Menor resistencia a las infecciones debido a las drogas inmunosupresoras.
·    Complicaciones de la cirugía; como todo acto quirúrgico, siempre existe un riesgo.

No es siempre fácil decidir qué tipo de tratamiento es el mejor. La decisión depende de su condición médica, estilo de vida y preferencias y aversiones personales

Discuta los pros y contras de cada una de las posibilidades de tratamiento con su equipo de atención médica.

Si Ud. empieza con una forma de tratamiento y decide que le gustaría probar otra, hable con su médico. La clave es aprender todo lo posible acerca de las alternativas.

Con ese conocimiento, entre Ud. y su médico optarán por el tratamiento que más le conviene.

Medidas preventivas

Es posible prevenir un importante porcentaje de casos de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) mediante algunas medidas:

·    Control de las infecciones.
·    Conocimiento del efecto dañino sobre el riñón de determinados medicamentos.
·    Prevención de la insuficiencia renal aguda.
·    Control de la hipertensión arterial.
·    Control del colesterol.
·    Control de los desórdenes metabólicos de la diabetes.

Para prevenir la progresión de la IRC, además de las medidas anteriores es conveniente:

·    Tratamiento de la enfermedad sistémica de base (Lupus eritematoso sistémico, Vasculitis, etc.).
·    Dieta hipo proteica.
·    Control periódico de la creatinina sérica.

En la actualidad, los enfermos cuya insuficiencia renal crónica progresa hasta la fase final son cada vez más añosos y, cada vez más, los principales factores responsables parecen ser la hipertensión arterial y la diabetes mellitus (muy a menudo asociados), después de años y años de evolución.

Aquí hay un importante campo de actuación preventiva.

En un estudio publicado en una prestigiosa revista de medicina (The Lancet) se comenta que los suplementos de vitamina E pueden ser eficaces en los pacientes en diálisis con enfermedad cardiovascular para reducir la probabilidad de infarto de miocardio.

Control de las infecciones

En las unidades de diálisis, la transmisión por contacto juega un papel muy importante para la transmisión de enfermedades, siendo las manos contaminadas del personal sanitario las transmisoras a otro paciente a la piel o por el acceso a la sangre mediante una punción.

Es importante la higiene de manos, el uso de guantes impermeables y la limpieza y desinfección de todas las superficies.

Rehabilitación

Un programa de ejercicios puede tener muchas ventajas en el paciente sometido a diálisis. Físicamente es útil para la anemia, mejora la tensión arterial, la fuerza muscular y ósea, control del peso y del sueño. Psicológicamente disminuye la ansiedad y mejora la autoestima.

Consulte con su médico qué tipo de ejercicio es el más adecuado para usted y la intensidad del mismo.
Si se encuentra sometido a hemodiálisis, en algunos centros se pueden realizar diferentes ejercicios, ya que disponen del material necesario para realizarlos.

·    La musicoterapia y psicoacustica lo que pretente es que el paciente en su tratamiento escuche música con sonidos de la naturaleza. Sonidos industriales, sonidos musicales como los intervalos, armonías mayores y menores etc.

Esto lleva al paciente a relajarse y por momentos lograr una mejor forma de llevar su convalecencia.

EL TEMA TIENE QUE SER REPETITIVO DURANTE LA DIALISIS.
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Melancolía - Psicoacústica

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