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sábado, 6 de octubre de 2012

Musicoterapia y lactancia



Buenos resultados en el 95% de casos
A falta de estudios caso-control que determinen la magnitud del efecto de la musicoterapia sobre la lactancia materna, las pruebas llevadas a cabo en 22 madres durante los primeros días de vida de los bebés son muy reveladoras. Tras obtener su consentimiento, se administró una encuesta pre-intervención de respuesta abierta relacionada con los datos personales maternos y algunas características de su identidad sonora. Después se elaboró una ficha para la observación de la respuesta a la música de la díada madre hijo durante la lactancia. Y, por último, se administró una nueva encuesta materna post-intervención relacionada con las características de la lactancia.Los sonidos de la naturaleza y la música ambiente funcionaron. Mozart, sin embargo, hizo que dos bebés se excitaran en lugar de relajarse.
Los resultados obtenidos, fueron, con respecto a la identidad sonora materna, que el 66% no recuerda la música que le cantaba su madre y el 97% escuchaba música antes y durante el embarazo. Al 67% le gusta cantar pero sólo un 9% cantó al bebé durante el embarazo. Un 95% establece una buena relación emocional durante las sesiones de musicoterapia. Sólo en un 9% de los casos aparecieron signos indirectos de mala técnica de amamantamiento. El 90% de las madres del grupo se decidieron por la lactancia materna.

Tal y como declaró Salomé a la prensa asturiana, “todas las mujeres que hicieron las tomas escuchando esta música tuvieron más facilidad para alimentar a sus hijos con leche materna. Es un círculo que se cierra sobre sí mismo: la música adormece a los bebés, que dejan de llorar. Eso relaja a las madres y elimina su ansiedad a la hora de dar el pecho; al estar menos tensas, su ritmo cardiaco disminuye y eso también tranquiliza a los bebés, que perciben los latidos del corazón de sus madres mientras están mamando”. Por supuesto, la musicoterapia no es una ciencia exacta y hay que ir probando qué música es más adecuada para cada bebé. De hecho, en este estudio resultó que, en general, funcionaban bien los sonidos de la naturaleza y la música ambiente. Mozart, sin embargo, hizo que dos bebés se excitaran en lugar de relajarse y Fito y los Fitipaldis adormecía invariablemente a uno de ellos.
En cualquier caso, las investigaciones concluyen que los nuevos sistemas sanitarios deberían incluir la musicoterapia como una terapia complementaria a los actos médicos, para favorecer la humanización y confortabilidad. Es muy beneficioso, además, que estas actividades comiencen antes del nacimiento, con la preparación al parto y la implicación de ambos miembros de la pareja. “La experiencia muestra que cuanto más participe el padre en la preparación al parto, más puede apoyar y dar sostén emocional a la mujer durante y después del mismo. Y el sostén emocional de la pareja ayuda mucho a la mujer a vincularse con el bebe y también a desarrollar el arte de amamantar”, explica Helene.

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