Buenos resultados en el 95% de casos
A falta de estudios caso-control que
determinen la magnitud del efecto de la musicoterapia sobre la lactancia
materna, las pruebas llevadas a cabo en 22 madres durante los primeros días de
vida de los bebés son muy reveladoras. Tras obtener su consentimiento, se
administró una encuesta pre-intervención de respuesta abierta relacionada con
los datos personales maternos y algunas características de su identidad sonora.
Después se elaboró una ficha para la observación de la respuesta a la música de
la díada madre hijo durante la lactancia. Y, por último, se administró una nueva
encuesta materna post-intervención relacionada con las características de la
lactancia.Los sonidos de la naturaleza y la música ambiente funcionaron.
Mozart, sin embargo, hizo que dos bebés se excitaran en lugar de relajarse.
Los resultados obtenidos, fueron, con
respecto a la identidad sonora materna, que el 66% no recuerda la música que le
cantaba su madre y el 97% escuchaba música antes y durante el embarazo. Al 67%
le gusta cantar pero sólo un 9% cantó al bebé durante el embarazo. Un 95%
establece una buena relación emocional durante las sesiones de musicoterapia.
Sólo en un 9% de los casos aparecieron signos indirectos de mala técnica de
amamantamiento. El 90% de las madres del grupo se decidieron por la lactancia
materna.
Tal y como declaró Salomé a la prensa
asturiana, “todas las mujeres que hicieron las tomas escuchando esta música
tuvieron más facilidad para alimentar a sus hijos con leche materna. Es un
círculo que se cierra sobre sí mismo: la música adormece a los bebés, que dejan
de llorar. Eso relaja a las madres y elimina su ansiedad a la hora de dar el
pecho; al estar menos tensas, su ritmo cardiaco disminuye y eso también
tranquiliza a los bebés, que perciben los latidos del corazón de sus madres
mientras están mamando”. Por supuesto, la musicoterapia no es una ciencia
exacta y hay que ir probando qué música es más adecuada para cada bebé. De
hecho, en este estudio resultó que, en general, funcionaban bien los sonidos de
la naturaleza y la música ambiente. Mozart, sin embargo, hizo que dos bebés se
excitaran en lugar de relajarse y Fito y los Fitipaldis adormecía
invariablemente a uno de ellos.
En cualquier caso, las investigaciones
concluyen que los nuevos sistemas sanitarios deberían incluir la musicoterapia
como una terapia complementaria a los actos médicos, para favorecer la
humanización y confortabilidad. Es muy beneficioso, además, que estas
actividades comiencen antes del nacimiento, con la preparación al parto y la
implicación de ambos miembros de la pareja. “La experiencia muestra que cuanto
más participe el padre en la preparación al parto, más puede apoyar y dar
sostén emocional a la mujer durante y después del mismo. Y el sostén emocional
de la pareja ayuda mucho a la mujer a vincularse con el bebe y también a
desarrollar el arte de amamantar”, explica Helene.
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