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viernes, 14 de marzo de 2014

La guía definitiva para escuchar música en el trabajo

POR FIN, AL ALCANCE DE TU MANO, LA GUÍA QUE TE LLEVARÁ PASO A PASO A ESCOGER LA MÚSICA CORRECTA PARA EXPRIMIR LO MEJOR DE TU CEREBRO Y AL MISMO TIEMPO CONVERTIR TU LUGAR DE TRABAJO EN ESE LUGAR CON SOUNDTRACK QUE TANTO ANHELAS.
 
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Probablemente estés leyendo este artículo con los audífonos puestos y la música sonando.
Si sabes escoger cuidadosamente la música que necesitas, quizá encuentres por fin la manera de ponerle riendas a ese salvaje cerebro procrastinador que te echa por tierra cada que intentas llevarlo por el buen camino. La clave está en saber en qué momento y en qué dosis administrarle la droga sonora que lo ablanda o lo pone alerta.
Nunca ha sido más fácil añadirle a tu trabajo un soundtrack personalizado y, más importante aún, aislarte del resto de tus colegas, compañeros de cubículo o del resto de los clientes de la cafetería donde te encuentras. Pero no toda la música es igual, sobre todo cuando lo que buscas es que el trabajo esté hecho. ¿Cuál es la mejor selección musical para cada tarea? ¿Qué canciones te ayudarán a tener energía, concentrarte y ser creativo, o sólo sobrevivir a un largo día de trabajo?

Empecemos con lo más básico.

Escuchar música afecta a tu cerebro

Ponerte los audífonos genera un puente directo entre el artista que escuchas y tu córtex auditivo. Mientras la música suena, muchos centros del cerebro pueden activarse, dependiendo si la música es nueva o conocida, feliz o triste, en clave mayor o menor, o si tiene o no letra.

Algunas tareas son más fáciles con música…

Investigaciones muestran que la música se lleva mejor con tareas repetitivas que requieren concentración pero bajos niveles de cognición. Un estudio de 1972 en ergonomía encontró que los trabajadores de fábricas se desempeñaban mejor escuchando canciones felices de fondo.
…y otras más difíciles

No te engañes: escuchar música significa estar haciendo varias cosas al mismo tiempo. Cualquier recurso cognitivo que tu cerebro gasta en entender letras, procesar emociones o recordar el momento en que escuchaste esa canción, no estará disponible para ayudarte a trabajar. En otras palabras, estas consumiendo RAM y tu cerebro podría alentarse.

Estudios muestran que la lectura de comprensión y la memorización decaen cuando la música suena. O sólo intenta poner números en una hoja y hacer cuentas mientras escuchas esto:

Encuentra el balance correcto
Lo malo de escuchar música en el trabajo es que demanda atención. Lo bueno es que te hace sentir mayor energía y mejora tu ánimo. También es buena para eliminar otros ruidos que pueden distraerte. El truco es elegir cuidadosamente y encontrar la música indicada para cada tarea.

Para tener un estímulo cognitivo, escoge música que no tenga letra…
Esto hace sentido para cualquiera que acostumbre escuchar música en el trabajo, especialmente si realizas algo relacionado con el lenguaje. Los centros de lenguaje de tu cerebro no pueden evitar descifrar las palabras que escuchas, lo que hace que sea mucho más difícil concentrarte en escribir o en leer.
Si simplemente no puedes encontrar música sin letras, puedes escoger algo en un idioma que no entiendas:
Algunos estudios sostienen que la música en clave mayor (canciones que suenan más felices) te hacen sentir que el tiempo transcurre más rápido y la música el clave menor hace que el tiempo se expanda y parezca más lento. Si eso es bueno o malo depende de cuánto tengas que hacer antes de llegar a casa.

 escuches música todo el tiempo
Un estudio ampliamente citado de 1972 encontró que los beneficios de la música desaparecen cuando la escuchas constantemente. Y a veces tu cerebro necesita todos los recursos cognitivos posibles. Irónicamente, otro estudio de 1989 señala que “complejas tareas gerenciales son probablemente mejor llevadas a cabo en silencio”.

Música para arrancar
Existe un momento de trabajo que tiene reglas completamente diferentes: cuando quieres detonar una respuesta emocional. Intenta escuchar rock o el soundtrack de una película de acción para ponerte en acción, o prémiate con una de tus canciones favoritas cuando el trabajo está hecho. Esto te da muchos de los beneficios cognitivos de la música sin exponerte a sus desventajas.

Presiona shuffle para un shot de dopamina
Como ya mencionamos, tu cerebro lucha por predecir el futuro, así que darle algo de impredicibilidad a la mezcla puede recompensarte con una dosis de su neurotransmisor favorito: la dopamina. Para aprovechar tu farmacia cerebral al máximo escoge un género de música que pudiera gustarte.

Algunos de los mejores géneros para trabajar
Si estás listo para experimentar qué tipo de música le va mejor a tu estilo de trabajo, aquí hay algunas sugerencias:
Jazz: Una variedad increíble de estados de ánimo y tiempos, la mayoría sin voces. Puedes intentar con Miles Davis, Alice Coltrane o Thelonious Monk.

Clásica: Aún más variedad. A mucha gente le encanta la música de Johann Sebastian Bach por su elegancia matemática, sus procesiones y sus variaciones.

Compositores minimalistas: Repetitivas por naturaleza, en su mejor momento pueden inducirte el tipo de trance que estás buscando. Prueba con Steve Reich o Philip Glass.

Chill-out: El nombre lo dice todo, pero trata de no relajarte demasiado. Prueba Bonobo o Cinematic Orchestra.

Ambient: Apenas te darás cuenta de que está ahí.  Escucha por ejemplo a Brian Eno.

Soundtracks de películas: Esto es de lo mejor si quieres que tu corazón empiece a latir. Escucha el soundtrack de Only God Forgives.

Reggae: No hay nada mejor para ponerse de buen humor. Puedes intentar con cualquiera de los Marley.



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